La calle, una habitación más de nuestro hogar.

Desgraciadamente 2020 va a ser un año difícil de olvidar dada la situación sanitaria que hemos sufrido y sus posteriores consecuencias socioeconómicas que vamos a sufrir. Después de haber estado más de tres meses encerrados en casa nos ha servido para valorar esos placeres que teníamos y que de repente este virus nos quitó, y con ello me refiero a poder correr, socializarnos, jugar al aire libre. Creo que esta situación nos ha servido para dar valor a la calle, y poder ver que es insustituible, los juegos digitales pueden ser una buena herramienta complementaria pero nunca un sustituto de la sociabilización en la calle. Lamentablemente, las generaciones, principalmente de este nuevo siglo, no han vivido el valor de la calle, por suerte, en mi lugar, al ser de un pueblo a las afueras de Valencia, donde hay menos tráfico y aún quedaban descampados donde correr y jugar, además de haber nacido unos años antes del S. XXI, he podido ser un niño criado en la calle. En mi caso, recuerdo ir a un descampado detrás de mi casa y crear pequeñas cabañas en medio de los arbustos, allí íbamos a jugar por las tardes con mis amigos, otro recuerdo es el de volver a casa con las rodillas ensangrentadas por haber jugado a futbol durante toda la tarde en un descampado bacheado con dos piedras como sustituto de la portería. Pero no voy a ser ingenuo, de la misma manera que puedo presumir de haber disfrutado de los últimos latidos de la calle en su esplendor, tengo la suerte de haber disfrutado de los primeros latidos de la era tecnológica. Y sí, en mi caso hablo de suerte cuando me refiero a dicho concepto, creo que tampoco hay que demonizar esta nueva rama tecnológica, sí el uso abusivo que se da hoy en día de ellos. Pero bueno ahora vamos a echar la mirada hacia atrás y ya iremos llegando al día de hoy.


Niños jugando a la pelota en la calle.

Como bien he dicho antes mi infancia ha estado dividida en dos mundos: la calle y la tecnología. Además, un aliado importante de mi etapa de calle ha sido mi pueblo, Arcos de las Salinas, un pequeño pueblo fronterizo perteneciente a la provincia de Teruel y vecino de la Comunidad Valencia. Allí todo era diferente, llegabas al pueblo en pascua o en verano principalmente y apenas veías la televisión, tu vida era la calle. No usábamos ni el timbre, llegabas a casa de tus amigos y los llamabas a gritos hasta que salían a la ventana. Salíamos a las diez o diez y media de la mañana y llegábamos a casa casi a las dos para comer; comías y a las cuatro de la tarde ya estábamos jugando hasta que anochecía. Daba igual el juego, lo importante es que estabas con tus amigos desde jugar al pilla-pilla, chafar charcos los días de lluvia, crear cabañas y destruir la de otros grupos, jugar al bote-bote, al escondite, al futbol… un sinfín de juegos que nos hacía sentirnos libres con una cosa en común, todos eran en la calle. 

 

Además de mis experiencias como los veranos y pascuas en el pueblo, como las tardes después de hacer los deberes en el descampado próximo a mi casa jugando casi hasta la hora de cenar, también he vivido el inicio de la tecnología. Recuerdo con 8 años escribir la carta a los reyes y pedir la Play 2, del mismo modo que he tenido la 3 y la 4, además de la Wii, también he tenido consolas portátiles como la PSP y la Game Boy Advance. He jugado y he disfrutado de estos aparatos, eso si veo unas diferencias muy significativas a como lo hacen mis primos pequeños o mis hermanastros. Yo jugaba a la consola, pero nunca priorizaba el jugar solo en casa, en vez de salir a jugar, a lo mejor algún día puntual pero no de manera sistemática. Desde mi punto de vista, estas generaciones tienen un hándicap bastante perjudicial en su contra, la calle no es lo que era. El descampado de delante de mi casa se ha convertido en un enorme parquin lleno de coches y el de detrás se ha convertido en dos torres de pisos enormes. Además de la sobreprotección de los niños y el miedo a que estos se pierdan en los estudios y en valores por tirarse demasiado tiempo en la calle y juntarse con amistades inadecuadas.  



Niños jugando a la consola

Todo se ha modernizado y creo que el aula tampoco debe quedarse atrás, por lo tanto, creo que, desde el ámbito de Educación Física, estamos obligados a abrir la mente del alumnado respecto a las nuevas tecnologías. Ya que nuestro alumnado vive pegado a ellas, creo que no nos sirve de nada ponernos en su contra. En cambio, creo que nuestra obligación es reeducar conductas, enseñarles nuevas vías de uso de dichos aparatos y sobretodo mostrarles los peligros para que sean capaz de evitarlos y den un buen uso. Debemos enseñar juegos que estimulen sus habilidades motrices de una manera jugada. Del mismo modo que considero que es importante adaptarse a la nueva forma de vida, creo que es obligatorio echar la mirada hacia atrás que conozcan juegos populares y deportes a los que jugaban sus padres, sus abuelos, etc. Creo que es clave en mi futuro como docente buscar un equilibrio y hacerles reflexionar sobre cada aspecto, durante un año hay tiempo para todo y nuestra obligación es organizarnos para que el año académico sea lo más útil posible para que ofrecer a nuestro alumnado un aprendizaje pleno y de calidad. 

 

Para concluir, nuestra labor como docente es abrir caminos a las mentes de nuestros pequeños, que conozcan diferentes líneas de actuación, enseñarles las ventajas y los inconvenientes de la tecnología, enseñarles un uso moderado y correcto. Además, también deben conocer los “juegos de toda la vida”,  de enseñarles la riqueza de jugar en la calle, todo esto,  de manera respetuosa y segura. 

Comentarios

  1. Como comienzo de un blog educativo y de deportes, me ha parecido muy buena la reflexión hecha por el compañero. En primer lugar, poniéndonos un poco en situación sobre su pasado y sus vivencias, ya que nos hacen conocerlo mejor. Por otro lado, ha hecho una reflexión muy correcta a cerca de nuestro futuro como docentes, aceptando que todo evoluciona y el aula y la Educación física no debe ser menos. Además, añade imágenes y una ortografía correcta. Un 9,5 para comenzar Victor.

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  2. Muy buen comienzo de blog, haciendo reflexión sobre la situación actual del COVID-19 y como esta nos ha hecho valorar la época en la que podíamos salir a la calle y jugar con nuestros amigos. Además, ha hecho un muy buen recorrido en la evolución que ha sufrido la humanidad en cuanto a tecnología con el paso del tiempo y como ha ido cambiando las costumbres de los niños y niñas a la hora de jugar. Un 9.

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  3. La primera entrada de blog me ha parecido muy interesante. Yo también creo que como docentes deberíamos aliarnos con las tecnologías que nos envuelven, introducirlas dentro del aula y que los alumnos puedan conocer otras herramientas a través de ellas. Por último, me gustaría comentar la vivencia que hemos tenido en la calle, debería integrarse también dentro del aula y de esta manera, nuestros alumnos puedan desarrollar esa libertad y creatividad. Mi nota es un 9.5.

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